Aunque con frecuencia no seamos conscientes, algunos de los electrodomésticos que utilizamos a diario en nuestro hogar son en gran parte responsables de que las facturas de la electricidad resulten demasiado elevadas. Hoy, en la sección de noticias de aboutwhite, les mostramos cuáles son los aparatos domésticos que más energía consumen y algunos trucos para evitar que disparen el recibo de la luz:
– Frigorífico: es responsable de alrededor del 30% de la energía que consumimos en nuestras casas. Evidentemente, no podemos suprimir el uso de este electrodoméstico pero sí es importante asegurarnos de que se encuentra en perfectas condiciones, ya que un mal estado del mismo puede provocar un aumento considerable de la energía gastada. También debemos asegurarnos de que se encuentra a una temperatura adecuada.
– Televisor: representa en torno al 12% de la factura. El error más frecuente es el dejar el aparato en modo “standby”, es decir, apagarlo desde el mando a distancia, de manera que se queda encendida una pequeña bombilla roja, por lo que en realidad no se apaga el televisor completamente y sigue consumiendo energía durante todo el día. Debemos apagar completamente los aparatos para evitar que sigan gastando luz. Lo mismo ocurre con el ordenador y otros aparatos. Siempre debemos evitar el modo “standby”.
– Cargadores: debemos acordarnos de desenchufarlos de la toma de energía mientras no los usemos. De lo contrario, seguirán consumiendo energía. Lo mismo ocurre con otros dispositivos que con frecuencia dejamos enchufados, sin pensar que están gastando energía, como las alargaderas o los ladrones.
– Lavadora: consume alrededor del 12% de la factura. Lo más aconsejable es utilizar programas cortos de lavado y emplear agua fría siempre que sea posible.
– Vitrocerámica: ahorraremos energía si tapamos los recipientes de cocción y si apagamos antes de terminar para aprovechar el calor que queda durante unos minutos.
– Lavavajillas: también es aconsejable optar por programas cortos y temperaturas frías.
– Iluminación: es importante optar siempre por bombillas de bajo consumo y lámparas de tubos fluorescentes para aquéllas estancias en las que se pasa el mayor tiempo. Y, por supuesto, aprovechar siempre que sea posible la luz natural.